Seguro
Un seguro es un contrato por el cual una compañía asegura un bien a cambio de una cuota, normalmente indemnizándonos económicamente si el bien es dañado.
Un seguro es un contrato que se realiza entre la aseguradora (normalmente una Compañía de Seguros) y su cliente, por el cual éste asegura un bien, ya sea material o una persona física. Si el objeto asegurado sufre algún daño o eventualidad recogida por las coberturas de la póliza, la Aseguradora se compromete al pago o bonificación, o bien a prestar algún servicio que pueda solventar la eventualidad recogida en la póliza de seguros.
Con los seguros, sucede lo que pasa con muchos productos financieros; creemos saber cómo funcionan, pero en realidad, tenemos muchas ideas equivocadas sobre los mismos. En el caso de un seguro, lo habitual es pensar que si tenemos algo asegurado, está cubierto ante cualquier problema. No obstante, esto está lejos de la realidad.
Para empezar, tenemos que saber que un seguro se basa en la Póliza de Seguros. En este contrato, podremos consultar las coberturas que el seguro cubre. Las coberturas son, en resumen, los motivos por los que la aseguradora cubrirá los gastos ocasionados. Estas eventualidades son llamadas siniestros. Si nuestro seguro del hogar tiene la cobertura de Incendios, cubrirá los daños ocasionados por dicho siniestro, pero si no la tuviera, no recibiríamos indemnización alguna en caso de incendio.
Por otro lado, tenemos que saber que los seguros tienen un capital asegurado y topes para cada cobertura. Volviendo al caso del incendio, si nuestro capital asegurado es de 10.000€ pero los daños ascienden a 60.000€, sólo se nos indemnizará por 10.000€. Además, si hemos decidido contratar un seguro con franquicia (un importe mínimo a partir del cual se nos indemnizará), tendremos que abonar dicha franquicia por nuestra parte.
Por ello, a la hora de contratar un seguro, tenemos que tener claro qué contratamos y no intentar ahorrar costes eludiendo coberturas, indicando importes bajos y contratando franquicias, a no ser que estemos dispuestos a correr dichos riesgos. Además, recuerda que declarar muchos siniestros puede causar baja por alta siniestralidad.
Curiosamente, los seguros son vistos como un contrato que nos dará seguridad y estabilidad. No obstante, nacen del azar, ya que un seguro, a fin de cuentas, está estrechamente relacionado con las probabilidades de sufrir o no un siniestro.
Y fue en la antigua Babilonia cuando se encuentra el primer registro de un producto similar a un seguro. Y es que el código de Hammburabi, el primer registro de leyes conocidos, contemplaba la opción de asegurar ciertas empresas marinas. El llamado «préstamo de la gruesa ventura» era un préstamo asegurado por el cual, si el barco naufragaba, el mercader estaba eximido de pagar la deuda.
Pero el seguro tal y como lo conocemos hoy en día nació en Suiza en el siglo XVI, cuando los campesinos de los Alpes decidieron crear una mutua aseguradora por la cual podrían cubrir los gastos ocurridos a su colectivo en caso de que algún campesino enfermara o el ganado sufriera daños. No es de extrañar pues que Suiza sea la cuna de las grandes aseguradoras de Europa.
Como hemos indicado anteriormente, podemos asegurar casi cualquier cosa que una aseguradora decida que es rentable asegurar. Seguro que hemos oído noticias de celebridades asegurando incluso partes de su cuerpo. No obstante, los seguros más comunes son los siguientes.
Este seguro es obligatorio, y como mínimo, ha de cubrir los gastos que ocasionemos a un tercero en un accidente de tráfico. Otras coberturas son los daños propios, y esto se conoce como seguro a todo riesgo. En contra de lo que se piensa, no significa que incluya cualquier siniestro, si no que también cubre los daños que sufra nuestro vehículo.
Un seguro de coche también puede incluir Asistencia en la Carretera (ya sea nacional o internacional), mediante la cual podemos pedir una grúa en caso de accidente o avería, y otras coberturas como robo, incendio o pérdida de llaves.
En la categoría diversos se incluye desde bienes raíces como nuestro hogar o negocio, a otros productos como maquinaria pesada o transportes de gran envergadura como barcos. Este tipo de seguros normalmente son bastante personalizables, y el seguro del hogar es el más común.
Un Seguro del Hogar suele incluir incendios, robos, daños causados por la instalación de aguas o eléctrica. Pueden incluir un servicio de Asistencia al Hogar en el cual la misma aseguradora enviará a los técnicos para reparar el siniestro, en lugar de cubrir los gastos.
Otro de los seguros más conocidos, en el cual lo que aseguramos es nuestra salud. Son seguros que se suelen complementar con la Sanidad Pública, por lo que muchas veces es complicado saber cuándo podemos acudir al seguro y cuándo no. Generalmente, cubren servicios que la Sanidad Pública no realiza o cuya demora suele ser importante.
La principal ventaja de un Seguro Médico es la posibilidad de acudir a clínicas privadas, ahorrándonos colas y listas de espera. No obstante, hay que ser consciente que los seguros médicos nunca cubren enfermedades preexistentes antes de contratar la póliza.