Moratoria
Una moratoria sucede cuando el deudor es incapaz de afrontar las condiciones actuales del pago y se negocian de nuevo, generalmente para aplazar la cuota.
Una moratoria, cuando nos referimos a finanzas y especialmente a préstamos personales. se refiere al supuesto en el que el deudor es incapaz de asumir los pagos restantes al acreedor, por lo que ambos intentan llegar a un acuerdo para el aplazamiento del pago. Este tipo de acuerdos o moratorias de pago pueden darse tanto cuando los deudores son personas físicas como empresas o incluso Estados. Es importante entender que sólo se puede llegar a tal acuerdo si ambas partes lo pactan.
Evidentemente, a casi cualquier deudor le gustaría poder demorar el pago de las cuotas de su préstamo o hipoteca en cuanto quisiera. Por lo tanto, la mayoría de las veces depende casi exclusivamente del acreedor; en este caso, bancos y financieras. Por supuesto, una entidad de crédito que nos haya prestado dinero evitará llegar a un acuerdo de moratoria a toda costa. Pero puede ocurrir.
Si podemos comprobar que nuestra situación financiera nos impide realmente pagar nuestra deuda, podemos intentar llegar a un acuerdo con la entidad con la que hemos contraído la misma. El banco o financiera puede estar interesada en que devolvamos nuestra deuda de la manera que sea, antes de verse inmersa en batallas legales.
Hablando de juicios, otra opción es acudir a los tribunales. En casos de hipotecas fraudulentas o préstamos con intereses usurarios, muchas veces la ley se pone de nuestro lado y obliga a los bancos a ofrecer moratorias.
Hay varios tipos de moratorias económicas que podemos encontrarnos a la hora de intentar pactar un acuerdo con el acreedor. Estas son algunas de ellas:
La gran mayoría de las moratorias, respecto al mundo financiero, tienen por objetivo las hipotecas, ya que se tratan de los productos que más se tardan en pagar. Una hipoteca a pagar en 40 años, aunque nos faltase sólo un cuarto de la misma a devolver, puede ser un infierno para el deudor y el acreedor si no podemos pagarla.
Los préstamos personales normalmente se resuelven con cargos por mora, o aplicando intereses en caso de aplazar los pagos. Un préstamo personal rara vez dura más de unos pocos años, por lo que la situación acaba resolviéndose de algún modo.
No obstante, en dos casos en concreto, pueden aparecer las moratorias. Por un lado, si se considera que las comisiones llegan a considerarse usurarias, recurrir a los tribunales puede que nos otorgue una mora o una condonación de la deuda.
Otro caso más reciente ha sido la crisis sanitaria del Coronavirus. Al ser una circunstancia provisional, el gobierno decretó la Ley de Moratoria de Hipotecas y Préstamos. Puedes consultar los requisitos para pedir una moratoria no hipotecaria si has sido afectado o afectada por el Coronavirus en la página del Ministerio de Economía.