Fianza
La fianza es una garantía en capital económico que damos, generalmente para la compra o alquiler de un inmueble.
Una Fianza es una garantía, generalmente una suma de dinero por adelantado, que se cede por una parte a la hora de realizar cualquier tipo de contrato que incluya una deuda. Aunque existen multitud de tipos de fianzas diferentes, donde la deuda ni siquiera ha de ser económica (como una fianza penal), cuando hablamos de fianzas, éstas suelen aplicarse a los alquileres o a los préstamos con garantía.
En el ámbito financiero, sólo nos interesa el primer tipo de fianzas. No obstante, procedemos a mencionar todos los tipos de fianzas que existen según la Ley española.
Los tipo de fianzas que son más habituales y solemos encontrarnos más a menudo en nuestras vidas son la fianzas que tenemos que abonar a la hora de alquilar un piso. Es muy importante diferenciar los meses de fianza que el arrendador nos solicita de los meses en concepto de pago que una inmobiliaria puede solicitar. Las fianzas no tienen como destino ser un pago y, en el escenario ideal, es devuelta. En cambio, la mensualidad que en ocasiones solicitan las inmobiliarias es directamente un pago por sus servicios que no será retornado.
Respecto a las fianzas tenemos que tener algo claro; el depósito no debe ser retenido por el arrendatario. A pesar de que su función sea cubrir posibles desperfectos o impagos derivados del alquiler del domicilio o local. Dependiendo de la Comunidad Autónoma, existen varios organismos que regulan el ingreso de estos depósitos de las fianzas, por lo que deberías solicitar a tu arrendador la garantía de que ese depósito se ha tramitado por los canales oportunos.
Como decimos, esta fianza tiene por objetivo suplir desperfectos o impagos de la renta. En caso de que, como inquilinos, tengamos al día nuestros pagos y hayamos mantenido la propiedad en el mismo estado en el que la recibimos, tendremos derecho a recibir el importe del depósito íntegro.
Aunque no se les suele considerar fianzas a la hora de referirse a ellas, existe otro tipo de garantía entre un deudor y un acreedor que se aplica a los préstamos personales, y éstos son los llamados préstamos con garantía.
Cuando pedimos dinero es porque no lo tenemos. Por lo cual, exigir una depósito en metálico en un préstamo sería una garantía para quedarse sin clientes. Por este motivo, muchas financieras ofrecen préstamos a cambio de una garantía. La «fianza» puede ser tanto un aval proporcionado por un avalista (una tercera persona). También puede ser alguna propiedad del deudor que actúe como fianza.
Lo más común son los préstamos con garantía hipotecaria. En estos préstamos,nuestra vivienda actúa como fianza o aval, o bien cuando dicha garantía es nuestro vehículo. Esto sucede en productos como Gedescoche.