El Coronavirus ha llegado para quedarse por un buen rato. Queramos o no, ya forma parte habitual de nuestras vidas y conversaciones, y es muy difícil no acabar hablando siempre del ya bautizado como el «monotema«. Esto es totalmente comprensible ya que una pandemia no es precisamente algo que se viva cada año… Po ello existen los Coronabonos.
Por suerte, tampoco es algo totalmente nuevo. Las epidemias y pestes se han sucedido desde que el hombre es hombre, y tan pronto aparecen, desaparecen. Puede tomar meses o años, pero sin duda, el Coronavirus no es ni de lejos el peor virus al que nos podemos enfrentar. Por ejemplo, la ya derrotada viruela era mucho más letal y contagiosa que el Covid-19.
Y esto nos hace sentirnos aliviados. Porque, conforme la curva de la epidemia se aplana, por suerte nuestras conversaciones dejan de girar en torno a los muertos o el miedo a contagiar la enfermedad. No obstante, queda otro tema importante que tratar y que cada vez se hace más presente: las repercusiones económicas.
La Crisis Económica del Coronavirus
Que el Coronavirus va a causar una crisis económica es bastante fácil de entender, pero no es sólo por el hecho de que parar la productividad de un país durante varias semanas nos haga tirar de ahorros en el mejor de los casos. Ademas de la lógica paralización de todo el tejido productivo de un país, ésta crisis se caracteriza por algo nuevo, y es que la crisis alcanzará incluso a los países que no se vean forzados a parar su actividad.
Aunque el Coronavirus no es la primera pandemia que sufre la humanidad, el modelo socioeconómico vigente, basado en un capitalismo globalizado, unido a la hiperconectividad en la que vivimos, hace que nuestra economía sea especialmente sensible a este suceso. Antaño, en sociedades menos conectadas o menos humanizadas, las epidemias azotaban las diferentes ciudades a ritmos mucho más lentos y las economías no eran tan interdependientes.
Si por un lado el desabastecimiento de momento no es un problema por el que tengamos que preocuparnos, precisamente el comercio internacional que soluciona este problema, plantea otros. Por ejemplo, la escasez de suministros médicos (e incluso principios activos) es causada a que la producción, gracias a la globalización, está comúnmente externalizada. Si se cierran fronteras o los países productores entran en cuarentena total, afecta al conjunto del globo.
Por ello, está previsto que la recesión sea global. Aunque, por supuesto, de momento son ciertos países los que se están llevando la peor parte, pues son los que tienen la pandemia en un estado más avanzado: hablamos de Italia, España o Francia.
¿Qué son los Coronabonos?
Los Coronabonos son una versión de los antiguos Eurobonos que se aplicaron en la crisis del 2008, pero adaptados para la situación actual. En pocas palabras, son títulos de deuda en común.
Por ejemplo, la deuda española o italiana, se paga a unos intereses más altos. No obstante, la alemana o la sueca, a unos mucho más baratos. Por ello, en caso de que España o Italia necesiten el crédito, en vez de pedirlos a título personal y pedirlos como conjunto con el resto de la UE, el resultado son unos intereses más equilibrados.
Por un lado, los países que los apoya son España, Francia, Italia, Bélgica, Portugal, Irlanda, Grecia, Eslovenia, y Luxemburgo. Aunque gran parte de quienes los apoyan son naturalmente los Estados más afectados, lo cierto es que no todos se encuentran en situaciones tan críticas como España o Italia.
En el otro lado, tenemos a Alemania, Holanda y los Países Nórdicos, quienes tradicionalmente han estado siempre opuestos a este tipo de iniciativas si no es con una fuerte regulación mediante.
Argumentos a favor y en contra
Por un lado, se apela a la unidad Europea en tiempos de crisis. No sólo desde la perspectiva moral, si no que dejar a potencias tan relevantes en Europa como Italia o España en la estacada tendrá terribles repercusiones a nivel europeo.
Otros dicen que la negativa ante esta deuda común no está en contra del espíritu unitario de la Unión Europea, ya que existe el MEDE, un fondo común destinado a este tipo de circunstancias. No obstante, cabe recordar que los principales países que se oponen contribuyen en menos de un 10% en su conjunto, mientras que sólo España e Italia contribuyen en alrededor del 20%. Algunos lo verán justo, y otros como falta de solidaridad.
No obstante, quienes se oponen a ellos aluden a que los países sin problemas tengan que asumir los riesgos de aquellos que se encuentran en apuros, los cuales, a su juicio, tendrían que haber sido previsores. Esto es algo difícil de defender ante una pandemia sin precedentes.
Parece que al final los Coronabonos se abrirán paso, a pesar de la controversia que causan. Aunque como españoles nos parezca «de recibo» y lo más humano, hay que entender posturas de países como Finlandia, cuya pequeña economía se mantiene exclusivamente gracias a su estabilidad, y podría salir mal parada. No obstante, lo que es ineludible es que Europa no puede dar la espalda a su proyecto, y menos en estos días tan oscuros.
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