La Vivienda Social, VPO o Vivienda de Protección Oficial es un tipo de vivienda pública cuyo objetivo es ofrecer una alternativa habitacional a sectores desfavorecidos de la población. El Estado, de esta manera, busca dar vivienda a quienes no pueden permitirse adquirir o alquilar una vivienda bajo los precios del mercado. En esta guía sobre la vivienda social te damos las claves para optar a ellas.
¿Qué es una vivienda social?
La vivienda social es una alternativa habitacional destinada a colectivos en peligro. La mayoría de países, España incluida, recogen en sus constituciones el derecho a una vivienda como una de las claves de los Estados modernos. Se cree que el primer Estado en crear vivienda pública fue Finlandia, con, literalmente, cuatro casas de madera.
Como la mayoría de democracias también apuestan por el libre mercado, la vivienda social es una alternativa a regular los precios de las viviendas y alquileres. El Estado dispone de un número de vivienda pública el cual tiene unos precios fijados por el gobierno, haciéndolos más asequibles.
Por supuesto, para acceder a dicha vivienda tendremos que cumplir ciertos requisitos, ya que el objetivo de las mismas son colectivos que no puedan acceder a viviendas bajo el valor del mercado. Los colectivos y requisitos necesarios para obtener una vivienda social difieren tanto en cada país como en cada comunidad autónoma.
Vivienda Social en España
La vivienda social nace en España a principios del siglo XX, en 1911, bajo la Ley de Casas Baratas. No obstante, esta primera ley no tuvo gran aplicación hasta 1921, cuando la dictadura de Primo de Rivera vuelve a lanzar dicha ley.
Aunque España goza de vivienda pública, por desgracia no somos de los países más prolíficos en vivienda social. Esto es debido tanto a la falta de cultura de alquiler del país, como al gran negocio inmobiliario en España, la conocida como «economía del ladrillo«.
De hecho, la media en Europa de Vivienda Social es de 3,8 por cada 100 habitantes. En España, el número se reduce a 0,9 por cada 100 habitantes. La lista la encabezan los Países Bajos, con más de 12 viviendas públicas por cada 100 habitantes. El gasto por habitante también se encuentra bastante por debajo de la media europea; alrededor de 35€ en comparación a los más de 148€ de la UE.
Las autonomías aplican también sus propios planes de vivienda social, como el Plan para el Derecho a la Vivienda del 2009-2012 en Cataluña. Por ello, siempre dependerá de nuestra comunidad autónoma las condiciones y el parque habitacional disponible.
Cómo acceder a la vivienda pública
Para acceder a una vivienda social, tenemos que formar parte de un colectivo desprotegido. Como este factor es bastante subjetivo, en esta guía sobre la vivienda social:
- Ser mayor de edad
- Ser menor emancipado
- Los integrantes de la familia deben de disponer de ingresos anuales que deben estar 3,5 puntos por debajo del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM)
- No haber recibido una vivienda social los 20 años anteriores.
- No encontrarse ocupando una vivienda o propiedad sin título suficiente para ello.
- No ser propietario de ninguna vivienda.
- Haber cumplido un período mínimo de trabajo o empadronamiento, el cual ha de ser de un mínimo de 10 años. Este requisito no es necesario si se trata de un caso de violencia de género.
Para obtener una vivienda social, existen dos vías principales:
- Especial necesidad. Se trata de casos extremos en los que nos encontremos sin ninguna alternativa habitacional, seamos víctimas de violencia de género o desahucios.
- Emergencia social. Similar al caso anterior, aunque en esta situación la Administración del Parque de Viviendas de Emergencia Social tendrá primero que evaluar el caso.
- Sorteo. Existen convocatorias para sorteos en los que podremos participar si cumplimos los requisitos previamente mencionados.
¿Cuánto cuesta una vivienda social?
Como hemos indicado anteriormente, las comunidades tienen bastante poder sobre la vivienda social. Por ello, la diferencia de precios dependerá de cada Comunidad, ya no sólo por su poder respecto a la concesión, si no debido a la disparidad de precios del suelo.
Por ejemplo, en Madrid, la segunda comunidad con los alquileres más caros, disponer de un alquiler social supondrá una diferencia del 47,7% en el precio de la mensualidad. Además, cada convocatoria y vivienda pública variará su precio, ya que no todas las viviendas sociales tienen el mismo precio.
Para saber cuánto te vas a ahorrar, gracias a esta guía sobre la vivienda social puedes consultar el sorteo o la vivienda social ofertada por el Parque de Vivienda Pública, y compararlo con el precio del mercado a través del portal del ministerio de vivienda.
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