Aval
El aval es una persona o bien que sirve como garantía de pago de un contrato de préstamo o alquiler.
El aval es un contrato de fianza en el que una tercera persona (avalista) hace de garantía para el pago de una obligación. Si la persona (deudor) no pudiera hacer frente a un pago, el avalista tendría que tomar su lugar y se vería obligado a pagar la deuda.
El aval es un contrato en el que existe un compromiso solidario a favor de una persona, el beneficiario. Lo que se pretende con este tipo de contratos es consolidar una garantía de que se va a cobrar. Cuando un banco requiere un avalista al solicitante de un préstamo lo hace con el objetivo de asegurarse de que recibirá el dinero aunque el solicitante no pueda hacerse cargo de los pagos.
Existen dos tipos principales de aval en función del emisor:
Podemos encontrarnos con diferentes situaciones en las que necesitemos un aval bancario como, por ejemplo, a la hora de alquilar un piso. A continuación te listamos los pasos a seguir para solicitar al banco que te haga de avalista:
En caso de no poder pagar el alquiler, el propietario podrá ejecutar el mismo. La entidad bancaria abonará la deuda y posteriormente, si no dejamos un depósito, el banco solicitará que saldemos esa deuda.
Tendemos a pensar que es lo mismo un aval bancario que una garantía financiera. No obstante, es importante que tengamos claro que, aunque todos los avales son garantías, no todas las garantías bancarias son en forma de aval.
Una garantía financiera es un respaldo de que un acuerdo se va a cumplir. Por ejemplo, si solicitas un préstamo a un banco, es probable que solicite algún tipo de garantía. Existen diferentes tipos de garantías bancarias como personales (en las que respondes con todo tu patrimonio personal) o pignoradas (en las que respondes con bienes físicos o financieros).
El aval es un tipo de garantía financiera, ya que da la seguridad de que una deuda vaya a ser saldada en caso de que el prestamista no pueda hacerle frente.